Estar todo el día sentado en la silla de ruedas causa ciertas tensiones en el cuerpo que se pueden minimizar con una buena adaptación de la silla. Las repercusiones de un mal posicionamiento pueden sumarse a las consecuencias de la enfermedad, lo que repercute en la calidad de vida: acentuación de las deformidades, dolores, aumento del riesgo de escaras, alteración de la digestión, de la respiración etc.
La valoración del posicionamiento (en sedestación) está indicada para aquellas personas con movilidad reducida y que utilizan una silla de ruedas. El objetivo de este proceso, en pleno desarrollo en las enfermedades neuromusculares, es identificar aquellos aspectos médicos (problemas posturales, problemas en ciertas funciones fisiológicas…) y personales que repercuten en la manera de sentarse en la silla y tenerlos en cuenta. La valoración del posicionamiento es la primera etapa de un proceso a lo largo del cual se prescriben elementos de apoyo para mantener la postura adecuada (cojines de asiento, respaldos, apoyos en espuma…) en función de las necesidades que se han identificado, se prueban, y finalmente se eligen los que permiten una sedestación adecuada