En las enfermedades neuromusculares la calidad del sueño se ve alterada por la falta de movilidad, la incomodidad, el dolor debido al posicionamiento u otras dificultades como los problemas respiratorios. Las consecuencias para la salud y la calidad de vida son importantes tanto para la persona que las sufre, como para su entorno.
Cuando aparecen las dificultades nocturnas, evaluar la situación con profesionales (médico de medicina física y rehabilitación, terapeuta ocupacional…) permitirá identificar las necesidades y contemplar posibles soluciones. Equiparse con una cama articulada con sistema eléctrico y/o un colchón que optimice el posicionamiento acostado suele disminuir el dolor, la incomodidad y mejorar las noches. Puede ayudar,también, una nueva organización en la vida diaria.