Recursos Educativos

A lo largo de la vida escolar y académica de cualquier estudiante se producen varios cambios de etapa educativa y/o de centro, que se denominan procesos de transición. Se trata de periodos en los que se pasa de un ciclo a otro (preescolar, primaria, secundaria, ciclos, universidad), que puede implicar la matrícula de un centro a otro, y también un cambio de compañeros/as, nuevas dinámicas y metodologías, mayores exigencias…

Por tanto, las transiciones educativas son momentos importantes que deben tener en cuenta las familias, ya que pueden marcar de forma importante el futuro del/la estudiante. En estos procesos se hace imprescindible realizar un conjunto de acciones y actividades de orientación de forma sistemática y coordinada, para conseguir una progresión educativa adecuada, sin barreras y sin retrocesos, evitando al máximo el posible abandono del sistema educativo.

En el caso del alumnado con alguna enfermedad neuromuscular, es fundamental anticipar necesidades, prevenir problemas, superar dificultades, y anticipar los recursos, tanto materiales como humanos necesarios. El objetivo último es proporcionar las herramientas y flujos de coordinación necesarios para mejorar y apoyar las habilidades académicas y profesionales de la persona.

El apoyo se ha de proporcionar tanto a las familias como al propio estudiante, ya que es fundamental que obtenga un refuerzo para su crecimiento y aprendizaje, que tenga experiencias positivas de participación en la escuela y, por supuesto, que se fomente su capacidad para la toma de decisiones y autodeterminación.

Las etapas de transición pueden vivenciarse como un importante reto, sobre todo en el paso de la etapa obligatoria (ESO) a la postobligatoria (bachillerato o formación profesional), sobre todo, teniendo en cuenta la falta de concreción normativa o legal sobre la atención a la diversidad en estas etapas. Esta situación puede llevar al posible abandono del/la estudiante en los procesos de la educación formal, con la consiguiente precariedad a la hora de entrar en el mundo laboral. En el caso del salto a la universidad será importante no solo tener clara la elección de sus estudios, sino conocer el contexto universitario, las características de las metodologías educativas, así como los recursos de atención a la diversidad que se ofrecen desde las propias instituciones (este tema será tratado en la siguiente sección).

Por todo lo anterior, no cabe duda que las etapas de transición deben estar dirigidas y vehiculizadas por los Departamentos de Orientación correspondientes, que inicien el diálogo con los centros y profesionales pertinentes, implicando a las familias, al estudiante y a todos los agentes y administraciones clave (educación, sanidad y servicios sociales) en este proceso. Todo ello siempre de una forma coordinada y colaborativa en la que se facilite toda la información requerida y se puedan anticipar y ofrecer los recursos mínimos para garantizar el tránsito y la nueva inclusión del/la alumno/a.

En las edades infantil y adolescente, se produce la transición desde la educación infantil a la primaria y, posteriormente, a la secundaria. Algunas de las claves para facilitar este proceso que deben tener en cuenta profesionales y administraciones son:

  • Evaluación y determinación de los apoyos necesarios para la participación educativa (ej. Productos de apoyo, cuidador/a, recursos tecnológicos…).

  • Preparación de la familia y estudiante ante los posibles cambios en roles y rutinas.

  • Considerar y detectar las diversas necesidades actuales y futuras del estudiante.

  • Dotación de ayudas necesarias para alcanzar una buena accesibilidad y la movilidad en el centro educativo.

  • Desarrollo de programas y acciones para:
    • Fomentar las habilidades académicas y funcionales de la vida diaria para la participación educativa.
    • Potenciar el desarrollo de las habilidades sociales y actividades lúdicas en el ambiente escolar.
    • Reforzar las habilidades de autodeterminación para una exitosa integración escolar

  • Colaboración entre los equipos de orientación y buena coordinación con recursos sociales y sanitarios.

 

Una vez que se concluye la educación secundaria obligatoria, se pueden producir otro tipo de transiciones o cambios, que no solo incluyen el acceso al bachillerato, ciclos formativos o universidad, sino la transición a la vida adulta y a la consecución de un empleo. En estos casos, las actuaciones pasan también por considerar las necesidades, prioridades y elecciones del/la estudiante, su proyecto de vida y las oportunidades que le ofrece el entorno para poder desarrollar dichas preferencias. Así, en estas etapas de tránsito se pueden incluir un conjunto de acciones como:

  • Evaluación y determinación de los posibles apoyos en el empleo y/o educación superior.

  • Análisis de roles, rutinas y facilitación de las mismas.

  • Desarrollo de programas para la promoción de las habilidades para independencia en la vida adulta y el fomento de habilidades de autodeterminación para una exitosa integración en la comunidad.

  • Colaboración con equipos educativos y comunitarios.

En el caso de las personas estudiantes que presentan alguna enfermedad neuromuscular, se puede destacar, además, el papel importante que pueden desarrollar las entidades representantes. La Federación ASEM y sus asociaciones federadas ofrecen un apoyo fundamental para las familias a todos los niveles, entre ellos, en el ámbito educativo y de formación. No solo facilitando la orientación a las familias sobre los recursos disponibles, sino también participando en el diálogo con las administraciones y profesionales educativos, ofreciendo la información específica sobre un diagnóstico neuromuscular en concreto, resolviendo las posibles dudas que puedan surgir tanto en los momentos de transición como en la propia rutina escolar, y reclamando los recursos necesarios para alcanzar la correcta inclusión educativa de los/as menores con ENM.